
Sentir
la felicidad bajo tus pies. Querer gritar que eres feliz. Seguir
soñando, sin importarte si se hará realidad o no. Enamorarte, sin
razones, solo pensando en él. Cantar cada canción. Mirar por la ventana,
ver el cielo azul, manchado s
olo por un
par de nubes. Sonreír. Recordar momentos, encontrar posibilidades,
maneras que pueden hacer que estos se vuelvan a repetir. Querer volver
al pasado, sin embargo, acabas planeando el futuro. Necesitar un abrazo
suyo, acabar abrazando a un peluche. Bailar, caerte al suelo, reírte
sola. Pensar que estás loca. Pero no, solo eres feliz. Ya era hora de
sonreír de nuevo, ¿no crees?
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